«Desangelados»

Estoy segura que en más de una ocasión entraste en un lugar que te transmitió una sensación fría, como de vacío. Cuando esto te ocurre, tienes la impresión de que te falta algo. Entiendes que el lugar es bonito pero poco acogedor. Por eso es muy probable que pronuncies o hayas escuchado la expresión “este sitio parece estar desangelado”.

La palabra ‘desangelado’ significa que algo tiene falta de gracia, de encanto, que está solo y abandonado. Y eso puede ocurrir en un interior más fácilmente de lo que imaginamos. Como interioristas, sabemos reconocer estos espacios muy rápidamente. Solo nos basta con entrar en un local, un restaurante e incluso en una casa.

Puede ocurrir de diferentes maneras. Quizás porque la luz es insuficiente o no se proyectó adecuadamente. O porque la decoración y los materiales transmiten frialdad o distancia. Quizás porque a toda la composición general le falta armonía, calidez, atractivo o gracia. Y que precise de un profesional que le dé el encanto necesario.

Entonces, ¿cómo podemos arreglar un espacio desangelado y ‘dotarlo de ángel’? Sin duda, trabajando muy bien todo el conjunto. Desde los detalles a la iluminación, la composición cromática y los materiales. Dándole y combinando todos los ingredientes necesarios para que esa sensación se minimice o desaparezca. Aportando luz cálida, aplicando materiales en equilibrio. Y combinando los colores apropiados al espacio.

Generar armonía en la distribución y en la composición del espacio es fundamental. Conseguir esa armonía es posible si el mobiliario y las dimensiones del lugar están equilibrados. No siempre es necesario que haya una gran cantidad de muebles, pero es importante que no se vea una falta de ellos. De esta forma no tendrá un aspecto descuidado y desangelado.

Se trata de vestir y amueblar el espacio para darle el confort necesario, para darle vida a cada rincón existente sin ser exagerado. Como interioristas nuestro trabajo es encontrar todas las posibilidades que ofrecen los interiores y saber utilizarlas. Iluminación, colores, cantidades, proporciones, etc. Todo es importante y cada elemento nos ayudará a conseguir esa armonía que estamos buscando.

Un interiorista tiene el objetivo de dotar de ángel cualquier rincón que toque. Debe conocer todos los trucos que le permitan vestir el lugar más vacío. Darle vida y luz al rincón más oscuro. Agrandar visualmente un pequeño espacio. Buscar la sencillez en un ambiente que cuente historias propias. Y que esté plagado de una decoración que evoque vida y experiencia.

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